​Las historias que compartimos
El dia que decidi que quería ser Papá, estaba platicando con un amigo que me contaba como jugaba a los Avengers con sus hijos… ¡me dio envidia!.
Yo quería eso. Siempre he sido muy niñero; a mis hermanos y a mis primitos les contaba historias. Les echaba a volar la imaginación y los hacia reír por horas en cada cumpleaños o Navidad.
Hoy, no se si viviré eso contigo Federico. Te diagnosticaron Autismo poco antes de los tres años. Tu mamá y yo presentíamos desde que comenzó el trayecto del diagnóstico que sería Autismo. Siempre tuvimos la esperanza de que fuera de grado bajo. No fue así. El diagnóstico es GRADO 3, el más severo.
Cuando quiero desahogarme, la gente me recuerda que hay cosas peores. Es verdad, las hay.
Lo que no cambia es lo que veo en tus ojos hijo… un AMOR que hasta ahora no has podido decirme con tus propias palabras.
Viví esperanzado a un milagro durante tus primeros tres años. Cuando por fin lo enfrenté, fui más feliz. Pero eso no cambia que de vez en cuando lloro. Lloro por que mi idea de felicidad es diferente a la tuya. Por que no me cabe por completo en la cabeza como alguien puede ser feliz sin hablar, y lo único que quiero para ti es eso, FELICIDAD.
Hoy vivimos un duelo que no se si va a terminar. Me duele pensar en una versión adulta de ti, que no podrá decir lo que siente ni lo que quiere. Tu mamá y yo estamos luchando y trabajando día y noche para que mejores y tengas acceso a tus tratamientos.
Sinceramente, ni siquiera se si estás mal. Tus ojos dicen lo contrario. Me conformo con dar todo de mi. Pero el mundo es duro y no le importan los mejores esfuerzos.
En fin… soy videojugador. Es mi pasión. Siempre he jugado en la versión de máximo reto, por que me gusta el logro de terminar los juegos en una dificultad salvaje.
Cada uno de tus logros, me da una versión exponencial de esa sensación. Algún día festejaremos juntos hijo. Por lo pronto, sé que me casé con la mejor mujer para esta misión.
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Luis Jorge Del Toro